Otro asesino libre en Aconcagua. Delegada busca justicia para Simón

El asesinato de Simón Cerda Martínez aún conmueve. Por la forma en que ocurrió. Por quien fue el que murió. Porque el primer imputado quedó libre. Por la demora en entregar el registro de las cámaras del Kamikaze. Porque el “presunto autor intelectual”, sobre quien caen todas las miradas, está libre. Se pasea con libertad entre Curimón y San Felipe. Juega a la pelota por un tradicional equipo del fútbol amateur y se ríe. De todo, y de todos. Pero anda escoltado. Tiene Miedo. Mucho miedo. Su risa es aparente. No quiere volver a estar preso. Fueron muchos años los que estuvo “en cana”.

Para la Delegación Provincial, fue un crimen por encargo. Un sicariato. Mandaron a 2 extranjeros a matar. Y se equivocaron. El “autor intelectual” de esta macabra obra, es un delincuente de baja monta, devenido en vendedor de droga. Ni siquiera le alcanza para ser líder de una banda. Un “doméstico” que basa su poder en el temor.

Las policías avanzan. Y buscan cómo atraparlo. Saben que el domingo se vistió de corto y demostró su talento. Pero él no se da cuenta. No es una mente brillante. Actúa por instinto y sin una cuota de inteligencia.

Para la Delegada Provincial, Scarlett Valdés Pizarro, hay autoría intelectual y material. Lo calificó como un enfrentamiento entre bandas rivales. Así lo explicó este martes.

¿Y la gente? ¿Y los vecinos de Aconcagua? Sienten que una vez más no hay justicia. O que los tiempos de la justicia no van de la mano con las respuestas que necesitan los ciudadanos. Y sienten que la gente tranquila, la gente que no quiere verse envuelta en problemas, debe vivir en un ambiente de temor, con un asesino suelto en la calle.

Mientras, el “presunto autor intelectual” se pasea entre Curimón y San Felipe, tratado como un ídolo. Aunque su intención de matar al tristemente célebre “Pato Lester” haya derivado en el asesinato de un joven inocente, cuya única intención era cantar y ser feliz.

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