Pedro Castillo Yáñez fue un respetado médico, artífice del Departamento de Cirugía del Hospital José Joaquín Aguirre. Maestro de generaciones; amaba su especialidad, la que enseñaba con pasión y calidez en sus clases de anatomía. Fue precursor de la cirugía cardiovascular, la que fue a aprender a Estados Unidos, para ejercerla y enseñarla en nuestro país.
Si bien el Dr. Castillo profesaba ideas de izquierda, no era un activista. Pese a ello, en 1975 la Dictadura le quitó por decreto la posibilidad de seguir haciendo clases en la Universidad de Chile, su alma máter. Aunque fue un golpe duro, se reinventó y partió junto a un amigo a recorrer las regiones para enseñar medicina.
Don Pedro se había casado en 1953 con la Sra. Erika Taucher. Su vida eran la familia y la cirugía.
Sin embargo, los tranquilos primeros años de los Castillo-Taucher, dan paso a una etapa difícil. Muy difícil. La Dictadura, no satisfecha con la exoneración de la Universidad, lo encarceló y lo sometió a tortura psicológica. Se le consideraba “peligroso”. Dicho peligro radicaba, como lo confesó un celador, en su forma de ser: cercano, cariñoso, preocupado, convocante. Cuando él hablaba, no volaba una mosca.
La Alcaldesa de San Felipe, Carmen Castillo Taucher es una de las cinco hijas del recordado cirujano, con quien aparece en la foto que ilustra esta crónica.
Este lunes recordó las tres veces en que su padre fue detenido, y cuando fue relegado a la lejana Melinka, una Isla del Archipiélago de las Guaitecas; cuando no sabían de su paradero, ni tampoco si estaba vivo.
Sus dolores aún le provocan emoción. Por eso, a cincuenta años del golpe insiste en un muy sentido y personal “nunca más”.
Ya retirado, la Sociedad Chilena de Cirugía nombró a Pedro Castillo Yáñez Maestro de la Cirugía Chilena. Y si bien tuvo cinco hijas; también tuvo una multitud de hijos en cirugía, como lo dijo uno de sus alumnos en su funeral .
Falleció en septiembre del año 2010.
