La molestia continúa y, por el momento, está difícil aplacarla. Especialmente entre los regantes de la Primera Sección del Aconcagua, esa que nace en la zona cordillerana y que termina en el Puente El Rey de San Felipe. Una vez más, se sienten perjudicados por los decretos de distribución de la Dirección General de Aguas.
El dirigente Javier Crasemann, fue categórico en su crítica a la autoridad: “no tienen terreno, tienen una mala comprensión del problema”. Agregó que hoy el Río Aconcagua lleva más agua que en los últimos 3 años. Pero la distribución no permite que eso se note en los campos.
Crasemann emplazó a Esval para reutilizar las aguas servidas pues, dijo, lo que se pierde en el mar equivale a un embalse. Aseguró que la sanitaria debe aplicar tecnología para resguardar el agua, pues de lo contrario nunca va a invertir.