No hubo acuerdo. No se ponen de acuerdo. La primera y la segunda secciones del Aconcagua no logran entendimientos en la redistribución del agua. Por lo tanto, según lo que establece el nuevo código, es la Dirección General de Aguas, la DGA, la que debe “cortar el queque”.
Y según la Primera Sección lo hacen mal, muy mal. La nueva instrucción del director regional, ordena la entrega de un caudal como mínimo de 5 metros cúbicos en la estación fluviométrica San Felipe 2, respetando los 300 para ESVAL. Esto, señalan, “demuestra la falta de acercamiento a la realidad de éstas e implicará un daño irreparable para los usuarios de la sección, los que ya se encuentran en una situación dramática e inédita de estrés hídrico.”
El Gobernador Regional, Rodrigo Mundaca, señaló que se debe generar un manejo integrado de la cuenca, que reemplace al actual seccionamiento.
Por su parte el Diputado Nelson Venegas dijo, sin rodeos, que la DGA ha sido ineficiente y su manejo del conflicto ha dejado mucho que desear.
La Primera Sección del Aconcagua aseguró que con estas decisiones, la DGA demuestra falta de conocimiento del territorio, que no valoran al Valle ni a sus organizaciones.