¡Una burla! Lo citan a declarar 3 meses después de haber sido baleado en la puerta de su casa

Martes 26 de abril, pasadas las 19.30 horas, Don Luis Pérez Osorio y su esposa volvían al hogar después de un día ajetreado. La Señora Claudia se bajó a abrir la reja de la casa de Villa Los Portones del Inca para entrar la camioneta, cuando sorpresivamente aparecieron al menos 3 delincuentes en el antejardín de la propiedad, para robarle el vehículo. Estaban armados. Las mascotas Diana y Blanca hicieron el resto. Ladraron y ahuyentaron a los sujetos. En la huida, dispararon. Un balazo le dio en el pecho.

Apelando a su instinto de sobrevivencia y a la fe a la Mater, como la denominan los integrantes del Movimiento de Schöenstatt, al cual pertenece el matrimonio, Don Luis manejó la camioneta por La Troya, siguió por Miraflores y llegó al estacionamiento de Urgencia del Hospital San Camilo, donde rápidamente lo ingresaron a pabellón para salvarle la vida. Esta parte de lo ocurrido se lo contó la Señora Claudia, quien en todo momento estuvo a su lado. El despertó horas después. El shock de lo vivido borró algunos pasajes de esta historia. De su historia.

Luis Pérez Osorio ha retomado la normalidad de su vida. En estricto rigor “le pone el pecho a las balas”. Es un prestigioso prevencionista de riesgos. Trabajo no le falta. Asesora a empresas de todo tipo. De trato afable, carismático, sabe llegar a la gente.

La Policía no lo ha interrogado. Hace una semana encontró un papel en su casa. Era una citación para ir a declarar. Habían pasado más de tres meses desde que fue baleado. Don Luis decidió no ir. Lo consideró una burla. Una pérdida de tiempo.

De los autores del hecho, nunca más se supo. Literalmente se los tragó la tierra. Y como Luis Pérez Osorio decidió no ir a declarar, es altamente probable que en algunos días más, encuentre en el antejardín de su casa, el mismo lugar donde empezó esta historia, una carta del Ministerio Público que dirá “hemos archivado su causa por falta de antecedentes”. Una nueva injusticia de la justicia chilena.

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