La trascendencia de María Ignacia

Su teléfono sonaba. Ya había comenzado el 2024. Y el teléfono sonaba y sonaba. Y no contestaba, pues llamaban desde un número desconocido. Además toda la familia recién se estaba levantando. No había apuro, era el mediodía del 1 de enero.

Hasta que una tía le dijo que contestara. Y lo hizo. Le explicaron el motivo de la llamada y le dijeron que debía presentarse al día siguiente, el martes 2 en el Palacio de La Moneda, donde sería recibida por el Presidente Gabriel Boric. Debía estar puntualmente a las 8 y media de la mañana. Y todos fueron con ella.

María Ignacia Verdugo Di Prima cumplió 18 años y es hija de Daniela y de Juan José. Estudió toda su vida en el Colegio Alemán de San Felipe. Tiene dos hermanas; una mayor, la Rocío; una menor, la Consuelo.

Llegaba con buenas notas a la PAES, pero como lo que abunda no daña, se reforzó con Preuniversitario. Dio cuanto ensayo tuvo cerca y además tuvo clases de matemáticas para rendir la específica. Aquí nos cuenta la razón por la que fue invitada a la sede de gobierno.

Ya decidió que va a estudiar Medicina, igual que el Tío Óscar. Su propósito es ser útil a los demás. Buscar la trascendencia. Ir detrás de una realización profunda en la vida.

Detallista y exigente. Resuelta y sensible. Y con un talento único para cocinar cosas dulces. Así es María Ignacia Verdugo Di Prima, sin lugar a dudas, dueña de su destino.

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