Este viernes se cumple una semana desde que el Gobierno informara la salida de Maricel Martínez Vicencio del cargo de Delegada Provincial Presidencial de San Felipe.
Transcurridos siete días de la drástica determinación del ejecutivo, la danza de nombres ha sido intensa.
Inicialmente, el cupo iba a mantenerse en manos del Partido por la Democracia (PPD). Quien generaba consenso era la abogada Viviana Ávila Silva. Hija del exdiputado y exsenador Nelson Ávila, nieta del excanciller Enrique Silva Cimma; lleva la política en las venas. Tiene vuelo propio. Estuvo en el Think tank Chile 21; durante el Gobierno de Bachelet se desempeñó en el Servicio Nacional de la Discapacidad. Actualmente es la Directora Regional de Migraciones.
Vive en San Felipe y es justamente donde tiene el mayor problema. No es santa de la devoción de la Alcaldesa Carmen Castillo, aunque participó y aportó recursos en su campaña.
Y pese a que los ediles no forman parte del Ejecutivo, las y los cercanos a la Administración Boric, tienen posibilidad de veto.
Después surgió otro nombre, del mismo partido, pero era de la Provincia de Los Andes y generó un rotundo rechazo.
Quien ha manejado toda esta complicación, un verdadero zapato chino, ha sido la Delegada Regional Sofía González Cortés. La Fonoaudióloga, militante del Partido Comunista, ha avanzado con pie de plomo. Ha demostrado carácter; pero por sobre todas las cosas, liderazgo.
En las próximas horas será nombrada la nueva autoridad provincial. Hasta el momento, sólo se tienen dos certezas: será mujer y no será del PPD.