Unión San Felipe remeció el mercado de pases del fútbol chileno. Durante la mañana de este miércoles, llegó hasta el Complejo de Parrasía Bajo, un jugador plenamente vigente en la Primera División. Se bajó de su Mini Cooper color verde petróleo y se calzó la ropa de entrenamiento con el número 33.
Hablamos de Gonzalo Espinoza. Sí, el mediocampista que llegó el 2011 a San Felipe, acompañando a Diego Sánchez. Pedía una oportunidad. La mitología cuenta que, sentado en la Tribuna Andes del Municipal, Raúl Delgado le dijo a su gerente Omar Cerigliano “quién es ese muchacho licenciado, contrátelo”.
Y Espinoza se transformó rápidamente en figura de ese Uní Uní. Se convirtió en un mediocampista apetecido. Pasó, sin escalas, del Valle de Aconcagua a Buenos Aires, donde se incorporó a Racing, por expresa petición del técnico Diego Simeone, hoy en el Atlético de Madrid. No le fue bien y luego deambuló en otros equipos como Arsenal, All Boys y Patronato.
Ya de vuelta en el país, vivió sus mejores momentos como mediocampista central de Universidad de Chile, donde ganó tres títulos. Espinoza jugó la última temporada en Unión Española.
En el mercado veraniego no tuvo ofertas de Primera. Era un hecho que se iba a incorporar a Cobreloa, que le hizo una propuesta difícil de igualar.
Pero Gonzalo Espinoza prefirió a Unión San Felipe. A sus 32 años, quería estar cerca de Santiago. Y al mismo tiempo en San Felipe, donde construyó su familia.
Unión San Felipe debutará el martes 14 de febrero contra San Luis en el Estadio Municipal. El equipo quillotano tiene dentro de sus figuras a Mathías Vidangossy y al goleador histórico, internacional y mundialista, Humberto “Chupete” Suazo.