El tren genera una serie de externalidades positivas: Genera identidad, pertenencia, historia, vínculos, inversión. En definitiva, un renacer.
Este martes, el Presidente de la República, Gabriel Boric, anunció uno de sus proyectos más emblemáticos y ambiciosos: resucitar el tren entre Santiago y Valparaíso. 172 kilómetros que serán unidos en lo que dura un partido de fútbol, en 90 minutos.
Durante muchos años, la Estación de Trenes de Llay Llay le dio vida a esa comuna. Ubicada en pleno centro, generó comercio, trabajo, desarrollo. Cuando terminó el servicio a Valparaíso, que salía desde la Estación Mapocho, se transformó en un lugar abandonado, que el Alcalde Edgardo González Arancibia, recuperó con la instalación de un centro cultural. De más está decir que el edil estaba legítimamente feliz.
La etapa de estudios comenzará este año. La licitación internacional será no antes del 2025. La construcción, según lo estimado por el Gobierno, debiera comenzar el 2028, para estar operativo dos años después, bajo la modalidad de asociación público privada. Todo a través del sistema de concesiones de Obras Públicas.
El proyecto considera una inversión de 1.320 millones de dólares, en su primera etapa. La segunda, que conectaría directamente a Limache con la ciudad de Valparaíso, elevaría la cifra total hasta los 3.820 millones de dólares
Un dato no menor, es que se usará infraestructura ya existente, ya que parte importante del trazado avanzará por terrenos que hoy son propiedad de EFE, los costos de expropiación se reducen sustancialmente.