La peleó con todo. Y puede que, dentro de las múltiples enseñanzas que nos deja Dante Eduardo Rodríguez Vásquez, la capacidad de lucha sea la más importante.
A comienzos de agosto había dejado la Clínica Reñaca, donde estuvo más de 70 días en la UTI.
El Chico Dante debía operarse, en ese tiempo, de un aneurisma, tras el engrosamiento de una arteria. Pero una infección lo obligó a permanecer más de 20 días intubado y sedado. Pasó por una neumonía, una nueva infección, traqueotomía y transfusiones. Y por si fuera poco, cumplió 73 años internado.
Volvió a su casa y estuvo bien hasta noviembre, cuando lo agarró de nuevo una bacteria y lo mandó a la cama. Nunca más salió de ahí, incluso para el funeral de su querido hermano Choche, a mediados de diciembre.
De ahí en adelante, el Chico Dante convivió con dolores, lo pasó mal. Este domingo prefirió descansar.
Su hijo, Felipe Rodríguez Viveros, le realizó un sentido homenaje.
Se fue el viejo Dante. El Profesor de Educación Física de tantos colegios y liceos. El que enseñó a nadar a tantas y a tantos. El que nos motivó con el atletismo y el basquetbol.
Se fue Dante Rodríguez, el que como concejal apoyó a muchas instituciones, mientras comía esa galletas de champaña que adoraba, y que siempre fue primera mayoría.
Su funeral será este lunes en la Catedral, pasadas las 3 de la tarde. Una vez finalizada la misa, sus restos serán trasladados al Cementerio Parque Almendral de La Troya
Dante Rodríguez Vásquez, descansa en paz
