La historia es tragicómica. Un delincuente ingresó a un domicilio para robar en Los Andes. Todo bien. Ya tenía el botín. Había actuado con sigilo. No había despertado a quienes viven en la casa, tras pasearse por su interior.
Pero no encontró nada mejor que ducharse. Sí. Leyó bien. Antes de huir con el botín, el delincuente quiso usar el baño de las víctimas. Ducharse, lavarse el pelo, secarse, perfumarse y huir. Pero tanto relajo no es posible. Hizo un ruido, lo que alertó a la dueña de casa y se acabó la tranquilidad.
El resto lo cuenta el Fiscal de Los Andes, Jorge Veloz.
Moraleja: la ducha permitió frustrar un delito en Los Andes
El sujeto quedó detenido.
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