Manuel es de esas personas que sabemos que está, pero que poco y nada nos importan. Puede que, inclusive, a más de alguien le moleste su presencia porque “ocupa espacio”.
A Manuel Bernal se le ve habitualmente en la calle Prat de San Felipe. Duerme en el sector del Boulevard en la misma silla de ruedas en que se desplaza. La diabetes le pasó la cuenta. De hecho, perdió la pierna izquierda casi por completo.
Pero dicen que en la vida es mejor tener amigos que plata. Y cuando Manuel necesitó una silla de ruedas, el dueño de un taller de bicicletas le pasó una, que funciona con la fuerza de los brazos. En rigor, un pedaleo con las manos. Por lo mismo, y por las complicaciones que le generaba no poder entrar a una casa en ella, lo que le obligaba a vivir en la calle, es que postuló a una eléctrica.
La burocracia del sistema no le daba respuestas. Hasta que el “Chico Ale”, también conocido como “el frutilla”, nos comentó el caso de Manuel. Y Carlos Novoa de la Fuerza Informativa Aconcagua partió a entrevistarlo.
Su testimonio caló hondo. Y de inmediato el empresario Daniel Urtubia, propietario de Áridos Encón, quien escuchaba Radio Aconcagua a esa hora, adquirió una moderna silla eléctrica para ir en su ayuda, como lo comentó su hermana Teresa.
Durante el fin de semana Daniel la armó, pues quería que fuera entregada cuanto antes. Y este lunes, Manuel Bernal estaba emocionado.
Estas historias con final feliz, hacen que los medios de comunicación de provincia tengan un sentido distinto, más humano, más cercano.