Inaugurado el 13 de marzo de 1904, el Monumento al Cristo Redentor sirvió para conmemorar la superación pacífica de un conflicto por cuestiones de límites que había llevado a ambos países a estar al borde de la guerra.
Un fragmento del discurso de ese día del Obispo de Ancud, Ramón Ángel Jara, resume la intención y el simbolismo del monumento: Se desplomarán primero estas montañas, antes que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor.
La obra del escultor argentino Mateo Alonso fue erigida en el Paso de Uspallata. En ella, la figura de Jesús fue colocada de manera que mirara siguiendo la línea del límite, en pie sobre la mitad de un globo terráqueo. Con la mano izquierda sostiene la cruz, de siete metros de altura, y con la derecha parece impartir la bendición.
Este 2024 cumplió 120 años de existencia. Por esta razón, se reunieron en el lugar autoridades de ambos países, deportistas de trekking y ciclismo, además de peregrinos. Entre los participantes chilenos estuvieron presentes la Patrulla Aventureros de la Libertad, Fundación Activa Ideas, Asociación de Turismo Aconcagua AG y la Asociación de Guías e Informadores Turísticos.
Francisco Lopresti, Intendente del Departamento de las Heras, Mendoza, sostuvo lo siguiente.
Para el Alcalde de Los Andes, Manuel Rivera, la ceremonia se hace con mucho cariño y solemnidad.
El Cristo mide casi siete metros de altura y pesa cuatro toneladas. Su pedestal es de seis metros y fue construido de hormigón y acero laminado, para poder soportar los fuertes vientos de la cordillera. En dicha base se pueden apreciar dos damas con túnicas, que se abrazan y representan la unión de los ambos pueblos.
Como dato anecdótico, se puede comentar que las piezas de bronce del Cristo fueron transportadas desde Buenos Aires hasta Las Cuevas, desde donde se las subió a lomo de mula hasta la cumbre andina.
Existe una réplica del Monumento en el Palacio de la Paz en La Haya, donde sesiona la Corte Internacional de Justicia.