La imagen que ilustra esta nota fue obtenida en calle Salinas, afuera de Helados Olguín, un lugar tradicional de San Felipe.
Una caja de cartón ubicada como basurero, en un lugar ampliamente visitado, deja en evidencia la falta de interés de quienes administran, para ofrecer la mejor imagen de la ciudad.
Eso es San Felipe hoy. Una ciudad que nos da pena. Y por duro que esto sea, es necesario que se diga y que se sepa, para que nos importe a todos.
Antes de llegar a ser Alcaldesa de San Felipe, Carmen Giselle Castillo Taucher fue Ministra de Salud de la Presidenta Bachelet. Fue una competente secretaria de estado. Pero ha sido una competente autoridad local? El juicio histórico puede ser injusto, y es altamente probable que lo contaminen con una visión sesgada, donde aparezca la palabra machismo en la conversación. Castillo tiene una reconocida capacidad técnica y política, pero su equipo cercano, lleno de neófitos no está a la altura. Hay que sumar gente con experiencia municipal, oficio y manejo político, lo que hoy escasea en Salinas 1211.
Pero la realidad actual es cortoplacista, exigente, y no perdona errores.
Las problemáticas de San Felipe no son menores y necesitan ser atendidas.
Hoy la Alcaldesa Carmen Castillo Taucher lidera una gestión donde hay pocos resultados visibles, malos manejos internos y una cantidad no menor de casos de maltrato.
Y eso, para una autoridad de izquierda, que enarbola las ideas de los pañuelos morados y verdes, horada sus bases profundamente.
Este martes, el Concejo Municipal de San Felipe destituyó al Administrador Municipal Pablo Venegas Díaz. Y fue por 5 votos de los concejales de la ciudad. Sólo faltó Olivares, quien no apareció por el lugar de reunión.
Y puede que este no sea el último paso. En la última sesión de concejo de este martes, a la Alcaldesa Castillo se le vio dañada, afectada, más allá de su dureza acostumbrada.
Tras la remoción de Venegas, los ediles esperan un gesto. Y ese gesto debiera venir por el lado de entregar alguna cabeza, o varias.
Si es que la Alcaldesa Castillo reubica a sus cercanos, en una lógica de sillas musicales, y no los saca; la posibilidad de que los concejales la lleven al Tribunal Electoral Regional, para pedir su destitución, toma fuerza. Y mucha fuerza.
Por menos, por mucho menos, Patricio Freire terminó suspendido y perdió la reelección.
Hoy quienes acompañan a la Alcaldesa Castillo, en su grupo cercano, son mercenarios de la política. Viven de ella y no buscan lo mejor para San Felipe. Son ganapanes. Y podrían hacerlo bien, pero su falta de capacidad les pasa la cuenta.
Alcaldesa, nos duele San Felipe. Queremos un mejor San Felipe. Y no queremos que termine destituida.




